viernes, 22 de febrero de 2013
Leyenda de la Virgen de Guadalupe (México)
La leyenda de la Virgen de Guadalupe tuvo su nacimiento el 12 de diciembre de 1531 en las afueras de la ciudad de México. Había un chico que se llamaba Juan Diego y a él se le apareció la Virgen el 12 de diciembre.
La Virgen le pidió a Juan Diego que construyera un templo en su honor.
La Virgen quería que el templo fuera un sitio que protegería los hombres que entraran y demostrar el amor y compasión que ella tenía para todos.
Antes de empezar la construcción del templo, la Virgen de Guadalupe pidió a Juan Diego que llevara su mensaje al obispo Juan de Zumárraga.
Pues lo cumplió pero el obispo no lo creyó.
Con la respuesta del obispo, Juan Diego volvió a las afueras de Tepeyac dónde la había conocido y le dijo lo que sucedió.
La Virgen de Guadalupe no se quedaba satisfecha con la respuesta del obispo y le pidió a Juan Diego que intentara convencer al obispo de nuevo el día siguiente.
La segunda vez el obispo no rechazó el mensaje de la Virgen pero para creerlo exigió que Juan Diego demostrara una señal para comprobar lo que decía.
Volvió a encontrar a la Virgen de Guadalupe por la tercera vez y le dijo que había hablado con el obispo pero que este quería una señal.
La Virgen de Guadalupe le pidió que volviera a ver el obispo para que supiera que le mandaría una señal.
El próximo día Juan Diego estaba a punto de irse cuando su tío Juan Bernardino se enfermó por la culpa de la peste.
A causa de su tío, Juan Diego no se presentó a la Virgen de Guadalupe.
Por la noche se fue a buscar a un sacerdote porque su tío había empeorado con respecto a su estado de salud.
Después de encotrar el sacerdote, volvió a Tepeyac muy preocupado porque no cumplió la promesa que había hecho a la Virgen, 'vuelve a ver el obispo para decirle que un señal viene.' Juan Diego llevaba mucha vergüenza dentro de su alma y por eso cambió su ruta para evitarla. Aunque escogió otra ruta, la Virgen lo encontró.
Al contrario de ser decepcionada por las acciones de Juan Diego, le prometió que su tío se recuperara. Además de este mensaje le pidió que buscara rosas y que las llevara al obispo como una señal. Mientras que Juan Diego regresaba a la ciudad de México dónde se quedaba el obispo, la Virgen de Guadalupe se le apareció al tío y lo curó.
Al tío la Virgen le pidió que se presentara al obispo para que viera su recuperación tan rápida y le dijera que ella lo había curado. Juan Diego llegó a la Ciudad de México y explicó como la Virgen había curado a su tio y que era un milagro. Al final de su exposición, abrió su ayate, dónde había colocado las flores y las rosas cayeron encima de una manta que estaba suelto.
Las rosas caídas formaron la imagen de la Virgen de Guadalupe.
Juan Diego había cumplido su promesa y la Virgen y su mensaje fueron aceptados por el obispo.
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